Principales resultados del Censo 2018 y sus implicaciones sobre el mercado laboral
*Con la colaboración de David Lara
Introducción
El Censo Nacional de Población y Vivienda (CNPV) es una de las operaciones estadísticas más importantes a nivel nacional, pues realiza una caracterización de la población y de sus condiciones de vida, lo que permite contar con información actualizada para el desarrollo, implementación y evaluación de las políticas públicas en el país. En particular, las dinámicas poblacionales tienen efectos directos sobre la economía, afectando los patrones de consumo e inversión, la productividad y las políticas macroeconómicas y sociales.
Algunos de los efectos más importantes del cambio demográfico se darán en el mercado laboral, ya que la menor tasa de natalidad y el envejecimiento reducirán la fuerza laboral, provocarán cambios en la estructura sectorial de las ocupaciones y generarán un menor dinamismo en el crecimiento económico. Así mismo, estos elementos obligan a pensar en nuevas políticas de empleo y evaluar la viabilidad del sistema de salud y pensiones.
El objetivo de este informe del mercado laboral es hacer una descripción de los principales resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda 2018 y señalar los efectos y desafíos a los cuales deberá enfrentarse el mercado laboral en medio del cambio demográfico.
Envejecimiento y mercado laboral
En Colombia se ha dado un avance considerable en el proceso de transición demográfica con respecto al 2005. El envejecimiento de la población es notable, pues la pirámide poblacional del CNPV 2018 muestra que la proporción de la población entre 0 y 24 años se ha reducido y la población adulta y anciana actualmente tiene un mayor peso que hace 13 años. El menor ancho de la base de la pirámide de 2018 relativo a 2005 está relacionado con el descenso de la tasa de natalidad, mientras que el aumento en la proporción de adultos frente al anterior censo se relaciona con una menor tasa de mortalidad (Gráfico 1).
Gráfico 1. Estructura de la población colombiana 2005-2018
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Fuente: DANE-CNPV 2018
Así mismo, el país tiene una estructura poblacional en la cual la proporción de personas en edad de trabajar es mayor que la proporción de población dependiente como niños y adultos mayores, etapa que se conoce como bono demográfico[1]. Este hecho se puede evidenciar en el índice de dependencia demográfica, el cual se redujo de forma significativa, en 9,9 pps para el índice calculado con la población de 60 años y más, y 12,3 pps para el índice calculado con la población de 65 años y más en el periodo intercensal (Gráfico 2). Este indicador “sirve para medir la carga económica que tienen en promedio quienes están en edad productiva” (DANE, 2013, pág. 4).
Gráfico 2. Índice de dependencia demográfica
(Relación entre la población de 0 a 14 años más la población de 60 (65) años y más, dividido por el total de población de 15 a 59 (64) años, multiplicado por 100)
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Fuente: DANE-CNPV 2018
La concentración de la población adulta en los rangos de edad mayores a los 50 años sugiere que el bono demográfico en Colombia muestra síntomas de agotamiento. En efecto, la pirámide poblacional muestra que el crecimiento en la participación de los adultos mayores es más que proporcional a la disminución en la participación de la población joven (Gráfico 1), lo que podría llevar a un aumento de la relación de dependencia en el mediano plazo. En particular, el BID (2018) estima que solamente en 25 años se duplicará el porcentaje de adultos mayores del 10% al 20% de la población en Colombia.
En el largo plazo este cambio en la estructura por edades de la población en Colombia tendría implicaciones directas sobre la población económicamente activa, considerando que menos personas jóvenes entrarán al mercado laboral y que los adultos mayores dejarán de participar en el mismo, por lo que la oferta de trabajo se reducirá. La menor fuerza laboral tendrá efectos adversos tanto en el crecimiento económico (que al mismo tiempo tiene efectos rezagados sobre el número de ocupados) como en las contribuciones a la seguridad social.
Un aspecto importante para destacar es que la reducción de la oferta laboral será heterogénea a nivel departamental, considerando que la relación de dependencia es considerablemente más alta en la región de la Amazonía, en la región de la Orinoquía y algunos departamentos como el Chocó, el Magdalena y La Guajira, comparados con la región central del país. Los altos índices de dependencia en estas áreas están influenciados principalmente por una amplia proporción de niños y jóvenes, por lo que su población no envejecerá a la misma velocidad que los demás departamentos (Gráfico 3). De esta manera, la reducción de la oferta laboral tardará más en estas regiones del país.
Gráfico 3. Índice de dependencia demográfica a nivel departamental
A. 60 años y más
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Fuente: DANE-CNPV 2018
B. 65 años y más
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Fuente: DANE-CNPV 2018
Ahora bien, el aumento de la población dependiente en relación con los individuos en edad de trabajar supondrá una gran presión a la sostenibilidad de los sistemas de pensiones y protección social. Esta situación se ve agravada a causa de los altos índices de informalidad y el desempleo juvenil[2], pues los ocupados informales no realizan aportes a la seguridad social y un amplio número de jóvenes no logran insertarse al mercado laboral, por lo que no realizan cotizaciones. Así mismo, los sistemas de salud tendrán que enfrentar costos superiores debido a que la población adulta mayor necesita más atención y sus tratamientos tienen costos más elevados.
En línea con una población envejecida y con mayores necesidades de salud se demandarán cada vez más profesionales de este sector, tales como médicos y enfermeras. En particular, el BID (2019) estima que América Latina y el Caribe “necesitará 2,4 millones de médicos y 6,2 millones de enfermeros en los próximos 15 años”. En el caso de Colombia, se estima que la generación de empleos para médicos y enfermeros seguirá una tendencia creciente, reemplazando de manera suficiente a los actuales prestadores de estos servicios sanitarios.
Dicho lo anterior, la disminución de la población joven también supone una oportunidad para la política educativa del gobierno. La reducción en los recursos necesarios para garantizar cobertura educativa ante una menor población de niños y jóvenes en edad escolar podrá liberar recursos para mejorar la calidad de la educación, permitiendo la acumulación de capital humano de las próximas generaciones (Rofman, Amarante, & Apella, 2016). En este sentido, de acuerdo con el CNPV 2018, el 21,7% de la población tiene educación media completa (Gráfico 4A), lo que contrasta con los resultados del censo 2005 donde la mayor cantidad de personas estaba concentrada en el nivel educativo de primaria incompleta con un 22,9% de la población. Sin embargo, se nota una diferencia entre la educación demandada por las empresas y la que tiene la población, siendo las vacantes para universitarios las más requeridas por el mercado (Gráfico 4B).
Gráfico 4. Nivel educativo de la población colombiana y vacantes registradas en el servicio público de empleo
A) Nivel educativo, 2018
(Porcentaje de la población, %)
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Fuente: DANE- CNPV 2018
B) Vacantes, 2018
(Porcentaje del total de vacantes, %)
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Fuente: Servicio público de empleo-Anexo estadístico de demanda laboral
Ahora bien, uno de los factores que permitirá compensar en alguna medida el proceso de envejecimiento de la población colombiana será la población migrante, al menos en el corto plazo[3]. De acuerdo con el CNPV 2018, los inmigrantes internacionales recientes[4] tienen una población que se encuentra concentrada fundamentalmente en edades económicamente activas, específicamente entre los 20 y 29 años (Gráfico 5). En particular, el principal país de origen de los inmigrantes internacionales recientes es Venezuela con un 77,8% del total de los últimos 12 meses, equivalente a 355.339 personas. Cabe mencionar que estos datos representan solamente el stock de migrantes entre julio de 2017 y julio de 2018, y puede diferir con cifras más actualizadas de Migración Colombia y el módulo de migración de la GEIH.
Gráfico 5. Estructura de inmigrantes internacionales en el último año por edad y sexo, 2018
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Fuente: DANE-CNPV 2018
Paralelamente, el mercado laboral deberá incorporar al mayor número de trabajadores adultos mayores para suavizar los efectos negativos de la caída en la mano de obra. Este caso parece plausible ante el escenario adverso que enfrentan los sistemas de seguridad social del país, los cuales cuentan con una baja cobertura y a menudo resultan en pensiones insuficientes para la población mayor. Durante el periodo intercensal, el crecimiento del número de afiliados cotizantes al sistema fue de 146,2%, mientras que el crecimiento del número de pensionados que deben ser sustentados por estos aumentó en 723,3%. Estos problemas provocan que el retiro se posponga por falta de ingreso y los adultos mayores permanezcan más tiempo en el mercado laboral.
Cambio demográfico y mercado laboral para las mujeres
Aunque el proceso de transición demográfica puede llevar a una reducción de la oferta de trabajo, también conduce a una disminución en las tasas de fertilidad que promueve una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral. La decisión de tener menos hijos por parte de las mujeres está relacionada con su nivel educativo, puesto que cuentan con más información y tienen más probabilidades de insertarse en el mercado laboral. En efecto, las mujeres que participan en el mercado laboral encuentran más costoso tener hijos, tanto por el salario al que usualmente deben renunciar al convertirse en madres, como por el mayor tiempo que deben dedicar a los oficios del hogar y actividades de cuidado. En concreto, en el CNPV 2018 se puede notar que, a mayor nivel educativo de las mujeres, mayor es la edad media de fecundidad (Gráfico 6).
Gráfico 6. Edad media de la fecundidad según nivel educativo alcanzado 2018
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Fuente: DANE-CNPV 2018
En línea con lo anterior, el número de mujeres que participa en el mercado laboral creció 27,9% en el periodo intercensal, mientras que el aumento de trabajadores en la población masculina fue de 12,7%. Sin embargo, los resultados del CNPV 2018 muestran que la principal actividad económica realizada la semana anterior para las mujeres fueron oficios del hogar (34,0% de las actividades totales), una cifra que no representa cambios significativos respecto a los resultados del Censo General de 2005 (34,2% de las actividades totales). Esto denota las dificultades que todavía enfrentan las mujeres para participar en los mercados de trabajo, el poco avance en cuanto a flexibilidad laboral que les permita dedicar tiempo a las actividades de cuidado, además de la lenta evolución en medidas tan urgentes como garantizar una mayor participación de los hombres en los oficios del hogar (Gráfico 7).
Gráfico 7. Ocupación según principal actividad económica realizada la semana anterior
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Fuente: DANE-CNPV 2018
Conclusiones
El proceso de transición demográfica se ha acelerado en Colombia en los últimos 13 años, señalando que cada vez falta menos para el fin del bono demográfico el cual vendrá acompañado de un crecimiento rápido de la población adulta mayor en el país. El envejecimiento reducirá la fuerza laboral en el largo plazo, presionando al alza los costos en salud y afectando las finanzas de los sistemas de pensiones.
El cambio demográfico de los últimos años también señala que el nivel educativo de los colombianos ha mejorado y que una mayor proporción de la población cuenta con educación media completa. No obstante, se observa un desalineamiento entre las habilidades requeridas por el sector público y privado que demanda en su mayoría profesionales universitarios, competencias que solo tiene un reducido porcentaje de la población.
Los resultados del CNPV 2018 también sugieren que para mitigar los efectos de la reducción de la oferta de trabajo se debe poner especial atención en algunos segmentos de la población. Además, aprovechar los flujos migratorios hacía el país, especialmente de aquellas personas que se encuentran en edad de trabajar promoviendo su inserción en el mercado formal, así como garantizar condiciones óptimas para incrementar la oferta laboral femenina, serán tareas fundamentales para garantizar sistemas sociales más sostenibles.
Referencias
BID. (2018). El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe: ¿Una gran oportunidad para la región? Washington D.C.
BID. (2019). El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe: ¿Educación y salud: los sectores del futuro? Washington D.C.
DANE. (Diciembre de 2013). Ficha Metodológica Proyecciones de Población y Estudios Demográficos – PPED. Bogotá, Colombia.
Rofman, R., Amarante, V., & Apella, I. (2016). Cambio demográfico y desafíos económicos y sociales en el Uruguay del siglo XXI. Washington D.C : World Bank Group.