2. Actividad Productiva: Continua la Recuperación a Ritmo Moderado
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Encuesta Mensual de Comercio Minorista.
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A partir de las nuevas cuentas nacionales base 2015, el antiguo subsector de cultivos de café se agrupa en el nuevo subsector de cultivos transitorios y permanentes. La fuente sobre producción cafetera es la Federación Nacional de Cafeteros.
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https://www.portafolio.co/negocios/empresas/cerrejon-no-pasaria-de-los-30-millones-de-toneladas-al-ano-523928
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CAMACOL, “Tendencias de la construcción”, Decimocuarta edición, diciembre de 2018
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El programa Semillero de Propietarios consiste en estimular la propiedad de la vivienda vía la inclusión financiera de hogares con ingresos bajos y estimular la actividad del segmento VIP. El gobierno subsidiará el canon de arrendamiento por 24 meses (plazo máximo).
6
El programa <em>casa digna, vida digna, </em>es una estrategia del gobierno nacional para reducir el déficit cualitativo del país y reducir la pobreza multidimensional. Aproximadamente 600,000 hogares que tienen una condición de vivienda insatisfactoria serán beneficiarios.
7
En el próximo numeral nos referimos a esto.
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Crisis cambiarias en otros países por salidas de capitales, desaceleración más rápida de China, caída en el precio de materias primas o crisis financieras internacionales.
En 2018, la economía colombiana registró una tasa de crecimiento de 2,7%, lo que representa un aumento de 1,3 pps relativo al crecimiento observado en 2017. Este resultado estuvo en línea con el crecimiento esperado en nuestra proyección de diciembre y se explicó por un mayor dinamismo de la demanda interna (consumo más inversión) que creció 3,8%, por encima del Producto Interno Bruto (PIB). El consumo total se expandió 3,9% como resultado de un buen desempeño tanto del consumo de los hogares (3,5%) como del consumo público (5,9%). Por su parte, la formación bruta de capital se recuperó fuertemente y creció 3,5%. Finalmente, las ventas externas se desaceleraron y crecieron 1,2% mientras que las importaciones totales se aceleraron y registraron un crecimiento de 8,0%.
Por el lado de la oferta, 11 de los 12 sectores de actividad productiva crecieron frente a 2017. Los sectores que impulsaron el crecimiento del PIB en 2018 fueron actividades profesionales, científicas y técnicas (5,0%), administración pública y defensa (4,1%), comercio y transporte (3,1%) e industrias manufactureras (2,0%), que aportaron el 64% del crecimiento observado. Adicionalmente, se destaca la recuperación del sector de la construcción que creció 0,2% gracias a un mejor desempeño del subsector de edificaciones (1,0%) y limitado por la contracción en obras civiles (-0,6%). Finalmente, la actividad minera en el país tuvo un crecimiento anual negativo (-0,8%) pero mucho menor al observado en 2017 (-5,7%).
El crecimiento de 2018 reitera las señales de recuperación económica en línea con nuestras expectativas de la edición anterior, donde esperábamos un impulso a la economía por parte del sector comercio y transporte, industria manufacturera, administración pública y defensa, y el sector de la construcción. Desde la perspectiva del gasto, se destaca el mejor desempeño del consumo final (consumo privado y consumo público), y la recuperación de la formación bruta de capital. No obstante, sorprendió la aceleración de las compras al exterior frente al crecimiento registrado un año atrás, lo cual restó de manera considerable al crecimiento del PIB.
A partir de los resultados más recientes de dinámica económica, el análisis de riesgos al crecimiento económico, y los resultados de los modelos de análisis; mantuvimos nuestros pronósticos de crecimiento frente a la edición anterior, pero con cambios en la composición sectorial. En resumen, para 2019 esperamos un crecimiento del PIB de 3,3%, para 2020 de 3,5%, y en el mediano plazo, un crecimiento cercano al 4,1%.
1. Dinámica reciente del crecimiento del PIB y otros indicadores
1.1 Crecimiento del PIB
En el último trimestre del año pasado el crecimiento del PIB se ubicó en 2,8%, con lo cual el crecimiento para el total de 2018 fue 2,7%, resultado que implica un incremento de 1,3 pps relativo al ritmo observado en 2017. Este resultado estuvo en línea con nuestras expectativas de la anterior edición y refleja el proceso de recuperación que ha venido experimentando la economía colombiana.
Gráfico 1: Dinámica reciente del crecimiento del PIB
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PIB 2018: Dinámica de los componentes de oferta del PIB
El crecimiento económico estuvo impulsado principalmente por actividades profesionales, científicas y técnicas (5,0%), administración pública y defensa (4,1%), comercio y transporte (3,1%) e industrias manufactureras (2,0%), que en conjunto contribuyeron con 1,7 pps al crecimiento del PIB (2,7%). Entre tanto, los sectores agropecuario, actividades inmobiliarias, entretenimiento, y electricidad, gas y agua presentaron expansiones, pero a un menor ritmo que en 2017. Por su parte, se destaca la dinámica del sector de minería, que si bien se contrajo en 2018 (-0,8%) presentó una variación mucho menos negativa que la observadas en 2017 (-5,7%).
Gráfico 2: Crecimiento del PIB por sectores de actividad económica
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El sector de Comercio y transporte se expandió a una tasa anual de 3,1%, mayor a la observada en 2017 (1,9%), y contribuyó con 0,5 pps al crecimiento total en 2018. Esta aceleración en el crecimiento sectorial se explica por mayores tasas de crecimiento en todos sus subsectores frente a 2017: i) Alojamiento y servicios de comida (+1,6 pps), ii) Comercio al por mayor y al menor, y reparación de vehículos (+1,4 pps), y iii) Transporte y almacenamiento (+0,7 pps). Según datos de la EMCM [1], el comercio minorista creció 6,2% en 2018, resultado que contrasta con la contracción registrada en 2017 (-1,1%). Este resultado obedece a una mejor dinámica del comercio de Vehículos automotores y motocicletas (16,1%), comercio de equipo equipos de informática y telecomunicaciones (15,3%), y comercialización de productos para el aseo del hogar (11,3%), resultados consistentes con la recuperación de la confianza de los consumidores frente al año anterior.
La industria manufacturera en el país se recuperó fuertemente frente al año anterior al registrar un crecimiento de 2,0%. Tal como se anticipó en la pasada edición, el fortalecimiento del consumo y de la demanda interna, sumado a la recuperación de los canales comerciales, impactó positivamente la producción de alimentos y bebidas, productos metalúrgicos y equipos informáticos, y la fabricación de muebles; subsectores que evidenciaron una recuperación importante frente a 2017. Por su parte, el mejor desempeño de los precios del petróleo y la mayor carga a la refinación observada durante lo corrido del año se vieron reflejados en el buen comportamiento de las actividades relacionadas con refinación de petróleo que crecieron 1,3%, acelerándose 1,2 pps frente a 2017. En línea con lo anterior, los resultados de la Encuesta Mensual Manufacturera (EMM) del DANE indican que las actividades relacionadas a la refinación de petróleo, elaboración de bebidas, la fabricación de papel y cartón, y fabricación de sustancias químicas, fueron las que más contribuyeron a la industria manufacturera en 2018. Entre tanto, pese al crecimiento del consumo de los hogares y a la mejor confianza de los consumidores, el subsector de textiles se contrajo (-0,2%), aunque mucho menos que lo observado en 2017 (-2,9%).
El sector de Administración pública y defensa tuvo un sólido crecimiento de 4,1% y aportó 0,6 pps al crecimiento total. Esto obedeció fundamentalmente a un mejor desempeño en los subsectores de administración pública y defensa (5,7%), y a las actividades relacionadas con educación (1,6%); como consecuencia de un mayor crecimiento de gasto público frente a los niveles observados en 2017. Por su parte, el sector de Actividades profesionales, científicas y técnicas registró el mayor crecimiento en 2018 al expandirse 5,0% frente a 2017. Lo anterior se debe principalmente a un mayor dinamismo en las actividades profesionales, científicas y técnicas (6,9%), y en menor medida al desempeño registrado por el subsector de actividades de servicios administrativos y de apoyo (3,5%).
En cuanto a las actividades de servicios del sector privado, las relacionadas con información y comunicaciones se recuperaron de un crecimiento negativo observado en 2017 (-0.2%) y crecieron 3,1% en 2018, mientras que las actividades financieras y de seguros desaceleraron su dinámica al pasar de 5,4% en 2017 a 3,1% el año pasado. El resultado del sector financiero y seguros obedece a la desaceleración observada en el crecimiento de la cartera y el deterioro de la intermediación financiera a lo largo de 2018. De igual manera, las actividades inmobiliarias desaceleraron su dinámica frente a 2017 al registrar un crecimiento anual de 2,0%, así como las actividades de entretenimiento y servicios domésticos que pasaron de crecer 2,2% en 2017 a 1,4% en 2018.
Por su parte, el sector agropecuario evidenció una fuerte desaceleración frente a 2017, pues registró una variación en el valor agregado de 2,0%, 3,5 pps menor al crecimiento observado el año anterior. Esto obedeció fundamentalmente al menor dinamismo de la mayor parte de sus subsectores, entre ellos el subsector de cultivos agrícolas transitorios y permanentes (1,5% vs 6,7%), que a su vez se explica por el mal desempeño del cultivo de café [2] (-4,4% vs -0,3%). Adicionalmente, las actividades de silvicultura y extracción de madera se contrajeron mucho más que en 2017. Sin embargo, el subsector de pesca y acuicultura sorprendió con una importante recuperación al pasar de una contracción de 4,6% en 2017 a una expansión de 7,4% en 2018.
El sector de la construcción se recuperó frente al año pasado y creció 0,3% anual gracias al repunte del subsector de edificaciones residenciales y no residenciales (1,0% vs -5,2%), que estuvo limitado por la contracción en obras civiles (-0,6%) y en actividades de alquiler de maquinaria y equipo de construcción (-0,9%). El buen desempeño del subsector de edificaciones en 2018 coincide con los resultados del Censo de Edificaciones (CEED) del DANE para 2018, que evidencian un crecimiento del área culminada de 22,0% frente a 2017, explicado principalmente por el crecimiento de 27,3% en apartamentos (60% del total), de 1,8% en casas (13% del total), de 18,5% en oficinas (5% del total), de 27,6% en bodegas (4% del total). Sin embargo, estos resultados contrastan con las cifras presentadas por CAMACOL para edificaciones residenciales que evidencian una contracción en la oferta, iniciaciones y lanzamientos de vivienda nueva frente a 2017. Finalmente, es de destacar que las ventas de viviendas nuevas se contrajeron menos en 2018 (-2,2%) que en 2017 (-6,7%), como consecuencia del mayor dinamismo en el segmento de interés social (VIS) que creció 6,0%, mientras que las ventas en el segmento NO VIS se contrajeron (-12,2%) ligeramente menos que en 2017 (-12,9%).
Por su parte, el subsector de obras civiles se contrajo 0,6% frente a 2017 cuando creció a ritmos de 6,5% anual. Según el indicador de inversiones en obras civiles del DANE, este resultado se explica por la caída en los pagos efectuados a la mayor parte de tipos de construcción, especialmente aquellos para la construcción de obras civiles para la minería, construcción de carreteras, túneles y puentes, construcción de acueductos, alcantarillado y otras vías portuarias, y otras obras de ingeniería.
Las actividades de Electricidad, gas y agua registraron una leve desaceleración y alcanzaron un crecimiento de 2,7% en 2018, como consecuencia de un menor ritmo en las actividades relacionadas a la distribución de agua, evacuación y tratamiento de aguas residuales (0,9%). Por su parte, el subsector de electricidad y gas obtuvo mejores resultados relativo al año anterior gracias al mayor crecimiento en las actividades relacionadas con la generación de energía eléctrica (3,7% vs 3,5%), consistente con el incremento de la demanda de energía eléctrica que veníamos discutiendo en las ediciones anteriores, que creció 3,4% en 2018 (1,3% en 2017), y en menor medida a las mejores dinámicas en la producción de gas y actividades afines (2,4% vs 1,3%).
Finalmente, el único sector productivo que registró contracciones en su actividad productiva en 2018 fue el de minería. No obstante, su ritmo de contracción fue mucho menor al de 2017 (-0,8% versus -5,7%), principalmente por el crecimiento en la producción de petróleo de 1,2% (vs -3,7% en 2017), gracias a las ganancias en eficiencia y ayudada por mejores precios internacionales de crudo.
PIB 2018: Dinámica de los componentes de demanda del PIB
En 2018 la demanda interna creció 3,8%, 2,7 pps por encima del crecimiento registrado en 2017. Este resultado se explica por el mejor desempeño del consumo total y de la formación bruta de capital. Además, el crecimiento de la demanda interna estuvo por encima del crecimiento económico total, que se vio contenido por la aceleración de las importaciones (8,0%) que superaron considerablemente el crecimiento observado en las exportaciones (1,2%).
El consumo total creció 3,9% en 2018, acelerándose frente a 2017 (2,1%) y como consecuencia de un mejor desempeño del crecimiento del consumo público (5,9%) y del consumo privado (3,5%). La dinámica del consumo privado estuvo en línea con fundamentales macroeconómicos como la menor tasa de intervención, el fortalecimiento de la confianza de los consumidores y un mayor ingreso disponible respecto a 2017.
La aceleración del consumo privado se reflejó en la gran mayoría de tipos de bienes por grado de durabilidad. Los bienes durables crecieron 6,3% (-4,3% en 2017), los semi-durables 4,4% (0,8% en 2017) y los no durables 4,2% (3,1% en 2017). Por su parte, los bienes de servicios reflejaron un leve deterioro al registrar un crecimiento de 2,6%, 0,1 pps menor al observado en el año 2017. Del mismo modo, por finalidad, se destaca el crecimiento en el consumo de muebles y artículos para el hogar (5,1%), el consumo de salud (4,5%), el consumo de alimentos y bebidas no alcohólicas, y el consumo de prendas de vestir y calzado (ambas con 4,1%). Este incremento en el consumo se encuentra en línea con el mejor desempeño observado en las actividades de industria y comercio.
Por su parte, la formación bruta de capital creció 3,5% en 2018, una recuperación muy importante dado que el dato revisado por el DANE para 2017 fue -3,2% para 2017. Sin embargo, este resultado se explica principalmente por acumulación de inventarios, pues la formación bruta de capital fijo presentó una menor tasa de crecimiento frente a 2017 como consecuencia de una desaceleración en la inversión de maquinaria y equipo (1,0% vs 1,4%) y otros edificios y estructuras (1,5% vs 4,6%), rubros que en conjunto representan el 71% de este subcomponente.
Finalmente, las exportaciones, medidas en precios constantes de 2015, se desaceleraron frente al año anterior y registraron una variación interanual de 1,2%, mientras que las importaciones registraron una expansión del 8,0%.
Gráfico 3: Crecimiento del PIB por el lado de la demanda
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1.2 Indicadores recientes de actividad económica
En los primeros meses del año, algunos indicadores líderes sobre actividad económica presentan mejoras frente a los resultados observados el año anterior. La producción de petróleo creció 6,4% en el primer bimestre de 2019 respecto al mismo periodo de 2018 y aceleró su crecimiento que hace un año se ubicaba en -2,4%. Por otro lado, según datos de la Encuesta Mensual de Comercio Minorista (EMCM) del DANE, en enero de este año el comercio minorista sin vehículos ni combustibles creció 4,6%, un ritmo mayor al observado al 2,8% registrado el mismo mes de 2018. La EMCM también reveló que para el primer mes del año se presentaron crecimientos mayores a los observados un año atrás en los canales comerciales asociados a bebidas alcohólicas, cigarrillos y productos del tabaco (17,3% vs -3,8%), productos para el aseo del hogar (10,2% vs 7,7%), otras mercancías para uso personal o doméstico (9,3% vs 4,4%), entre otros.
Por su parte, los resultados de la Encuesta Mensual Manufacturera (EMM) indican que durante el primer mes del año la producción industrial se ubicó en 3,0% (0,2% en enero de 2018), con contribuciones positivas de 26 de las 39 industrias manufactureras. Esta mejora en la producción industrial contrasta con los resultados a enero del índice PMI de Davivienda para manufacturas, que muestran un deterioro de la producción, así como un recorte de puestos de trabajo y una reducción de las compras de insumos, como consecuencia de la caída de los pedidos de fábrica. Sin embargo, como se explica en la siguiente sección, con corte a febrero, los indicadores sobre actividad económica de las Encuestas de Opinión al Consumidor (EOC) y Opinión Empresarial (EOE) de Fedesarrollo han evidenciado mejores resultados frente a los datos del año pasado.
Por su parte, la demanda de energía creció 4,5% en los primeros dos meses de 2019, 2,2 pps por encima del crecimiento observado un año atrás. Este resultado obedece principalmente a un mayor dinamismo en la demanda de energía regulada y no regulada, que en el periodo de análisis crecieron 4,7% y 3,8%, respectivamente. Estos resultados representan una importante mejora de 2,3 pps y 1,8 pps, respectivamente, frente a los resultados obtenidos durante el periodo enero-febrero de 2018.
Ahora bien, los indicadores asociados al sector de la construcción en enero mostraron resultados mixtos. Los datos de Camacol sobre el componente residencial indican que en hubo una variación menos negativa en las ventas de edificaciones que la observada en enero de 2018 (-11,8% vs -16,1%), principalmente para el componente VIS (-8,3% vs -16,8%). De igual manera, se vio una variación menos negativa en las iniciaciones (-24,4% vs -31,5%) y lanzamientos de vivienda (-7,2% vs -30,0%). Entre tanto, la oferta de vivienda se contrajo 6,9% en enero de este año, mientras que en el mismo periodo de 2018 creció 3,4%. Según las cifras de Estadísticas de Licencias de Construcción (ELIC) del DANE, para el mes de enero se observó una disminución de 12,0% en el área licenciada frente al mismo mes de 2018, cuando registró un crecimiento de 8,6%. Este resultado obedece a la reducción de 26,9% y 7,3% en el área aprobada para destinos no habitacionales y de vivienda respectivamente.
Finalmente, la cartera financiera en enero de 2019 reflejó una variación interanual de 5,9%, 0,3 pps inferior al crecimiento observado en el mismo mes del año anterior. Este resultado se explica por un deterioro en el crecimiento del microcrédito y la cartera comercial, respectivamente. Por su parte, la cartera destinada a vivienda y consumo presentaron mejores resultados frente a enero de 2018, pues la cartera hipotecaria registró un crecimiento de 12,5% (vs. 11,3% en enero de 2018) y la cartera destinada al consumo creció 9,5% (vs. 9,3% en enero de 2018).
Percepción de los empresarios y los consumidores
Fedesarrollo publica mensualmente la Encuesta de Opinión del Consumidor (EOC) y la Encuesta de Opinión Empresarial (EOE), a partir de las cuales es posible realizar un seguimiento continuo a la percepción que tienen los hogares y los empresarios del sector comercio e industria sobre la situación actual y las expectativas económicas a futuro.
Consumidores
Durante 2018, la confianza del consumidor tuvo un mejor desempeño relativo al observado durante 2017, con un promedio de -0,5% durante el año, resultado que fue 14,5 pps mayor al promedio registrado en 2017 (-14,9%). Este resultado estuvo asociado a un incremento en las expectativas de los hogares y a una mejor percepción de las condiciones económicas actuales, elementos que vieron reflejados en la mejor dinámica del consumo privado. Por su parte, el balance sobre la pregunta que indaga acerca de la percepción sobre las condiciones económicas del país, que presenta una alta correlación con el crecimiento de la demanda interna, también fue superior en 2018 frente a lo observado un año atrás.
Ahora bien, según las cifras más recientes de la EOC, en los dos primeros meses de este año el ICC ha registrado un balance promedio de -4,2%, resultado por encima del -6,6% observado durante el primer bimestre del año 2018. Entre tanto, en el primer bimestre de 2019, la percepción sobre las condiciones económicas del país ha registrado un balance promedio de -23,9, resultado que implica una recuperación de 7,3 pps frente al balance promedio registrado el mismo periodo de 2018 (gráfico 4).
Gráfico 4: Índice de Confianza del Consumidor (ICC) y Condiciones económicas *
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En la misma línea, los resultados sobre disposición a comprar vivienda y bienes durables han mostrado dinámicas diferentes, mientras que la disposición a comprar vivienda se deterioró en el primer bimestre del año frente al mismo periodo en 2018, la disposición a comprar bienes durables ha sido mucho mayor en lo corrido de este año relativo al primer bimestre de 2018. De esta manera, el balance promedio de la disposición a comprar vivienda para los primeros dos meses de 2019 se ubicó en 0,6% (vs. 6,7% en 2018), mientras que el balance promedio de la disposición a comprar bienes durables se ubicó en -2,6% (vs, -9,1% en 2018). Sin embargo, desde el mes de diciembre de 2018 ambas series han presentado una tendencia de recuperación (gráfico 5).
Gráfico 5: Disposición a comprar vivienda y bienes durables
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Comerciantes
El balance promedio del índice de Confianza Comercial (ICCO) durante el primer bimestre de 2019 se ubicó en 30,5%, resultado que implica una mejora de 9,4 pps frente al balance promedio en el mismo periodo de 2018 (gráfico 6). Con el último resultado de febrero de este año (31,8%), la confianza comercial continua con su tendencia al alza como consecuencia de una mejor percepción en la situación actual, la caída en el nivel de existencias y unas mejores perspectivas del sector dentro de los próximos 6 meses. De esta manera, estos resultados aproximan buenas dinámicas dentro del sector comercial, en línea con los resultados de la EMCM anteriormente mencionados.
Gráfico 6: Índice de Confianza Comercial (ICCO) y Ventas del Comercio* (Porcentaje)
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Industriales
El Índice de Confianza Industrial (ICI) ha venido recuperándose en los últimos meses y registró un balance promedio de 5,7% en los primeros dos meses de 2019. Este resultado contrasta con el balance promedio registrado hace un año, cuando alcanzó un tímido 0,9%. Este mejor desempeño en lo corrido del año se encuentra en línea con los resultados anteriormente mencionados de la EMM, los cuales conjuntamente indican el mejor desempeño por el cual atraviesa la industria colombiana en lo corrido del año frente al mismo periodo en 2018.
Gráfico 7: Índice de Confianza Industrial (ICI) y Actividad Productiva de Industria* (Porcentaje)
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2. Proyecciones
2.1. Crecimiento económico para 2018 y 2019
Como se mencionó en la sección anterior, en línea con el desempeño reciente, mantuvimos la mayor parte de nuestros supuestos frente a la edición de Prospectiva de diciembre. La producción de café se mantuvo estable en 13,8 millones de sacos para 2019, debido a que mantenemos las preocupaciones sobre productividad a causa del envejecimiento del parque cafetero, y un impacto más moderado del fenómeno El Niño. Del mismo modo, la producción de carbón se mantuvo para 2019 en 85 millones de toneladas, que incorpora los efectos del fenómeno El Niño y una menor producción esperada en el Cerrejón. Por su parte, la producción de petróleo se mantuvo en 865 mil barriles diarios para 2019, sustentado en un aumento en la optimización de procesos de producción de los yacimientos convencionales. En cuanto a los precios esperados de materias primas, revisamos a la baja únicamente el precio del petróleo de 69 a 62 USD/barril en 2019 y 2020 como consecuencia de la sobreoferta observada en el mercado internacional. Por lo demás, las expectativas de precios del carbón y del café se mantuvieron inalterados frente a la edición pasada (77 y 74 USD/tonelada, y 1,4 y 1,5 USD/libra para 2019 y 2020 respectivamente).
A partir de la información disponible, las expectativas sobre la actividad productiva en sectores relevantes para la economía, los niveles de confianza de los hogares, el análisis de los supuestos, y las simulaciones de los modelos de análisis; esperamos un crecimiento del PIB de 3,3% para 2019, lo que implica un desempeño de la economía colombiana mejor al de 2018. Con esto mantenemos nuestra proyección de crecimiento de la edición anterior, pero con una recomposición de los comportamientos sectoriales. Así, se prevé un mayor dinamismo en la mayoría de los sectores de actividad productiva, especialmente en las actividades relacionadas con comercio y transporte, industria manufacturera, construcción, actividades profesionales y científicas, y administración pública y defensa.
En 2020, anticipamos un crecimiento de la economía colombiana cercano al 3,5%, en línea con las expectativas de una continuación de la recuperación del consumo de los hogares y de la inversión total, que a su vez estaría impulsada por una mejor dinámica de la construcción de edificaciones. Dentro de los sectores productivos que sustentarán este mayor crecimiento, se destacan el comercio y transporte, el sector de administración pública y defensa, las actividades profesionales y científicas, actividades inmobiliarias, y construcción.
2.1.1. Componentes de demanda para 2019 y 2020
El Consumo total presentaría un crecimiento de 4,1% en 2019 (0,7 pps por encima de la edición anterior), gracias a una mejor dinámica del consumo de los hogares frente a la esperada en la edición anterior (4,0% vs 3,3%). Esta revisión es resultado de las expectativas de recuperación de la confianza y disposición a consumir por parte de los hogares. Así mismo, el consumo total estaría impulsado por un mejor desempeño del consumo público frente a la edición pasada (4,4% vs 3,9%), en línea con la mayor ejecución de recursos públicos esperada para este año. Para 2020, revisamos el crecimiento del consumo privado 0,7 pps al alza frente a la edición anterior, con lo cual esperamos que crezca a una tasa de 4,3%, gracias a una mejor expectativa de ajuste en el ingreso disponible de la economía. Por su parte, el consumo público crecería 4,1% (0,4 pps más en la edición anterior), que implica una desaceleración frente a 2019 debido al ciclo político electoral a nivel local, pero mantendría una buena dinámica gracias al gasto del gobierno nacional central.
La formación bruta de capital registraría un crecimiento cercano a 4,0% en 2019 (0,6 pps más que en la edición anterior), en línea con mejores expectativas en las actividades del sector construcción en general y en particular por la recuperación esperada en edificaciones. En 2020, la formación bruta de capital registraría un crecimiento de 4,2% (0,6 pps por encima de la edición anterior) gracias a mejores perspectivas del sector de la construcción de edificaciones.
Por último, mantuvimos el crecimiento de las exportaciones para 2019 frente a la edición anterior en 2,1%, en línea con el supuesto en la producción de café. Por su parte, las ventas externas en 2020 registrarían un crecimiento de 2,1%, al igual que la proyección anterior, obedeciendo a la expectativa de estabilidad en la actividad petrolera y la producción de café, y a un mejor desempeño de la agroindustria. Finalmente, las importaciones crecerían 6,0% en 2019, 2,8 pps por encima de la edición anterior, mientras que en 2020 registrarían una tasa de crecimiento cercana al 6,4%.
Cuadro 1: Proyecciones de crecimiento para 2019 y 2020
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2.1.2. Sectores productivos en 2019 y 2020
Para el sector agropecuario estimamos que en 2019 el valor agregado crecerá 2,3%, 0,9 pps por encima del crecimiento que esperábamos en la anterior edición de Prospectiva. Lo anterior obedece principalmente a un efecto más moderado del fenómeno El Niño frente a las expectativas que teníamos en la edición pasada. Por su parte, el café registraría un crecimiento anual de 1,6% y se ubicaría en 13,8 millones de sacos. Finalmente, esperamos que el subsector de actividades pecuarias continúe la buena dinámica que viene presentando hasta el momento. Para 2020 esperamos que el sector agropecuario continúe su recuperación (2,6%), pero a un ritmo menor que el esperado en la edición pasada (menos 0,6 pps), esto debido principalmente a un riesgo de reducción en productividad en el sector cafetero como consecuencia del envejecimiento del parque cafetero. Sin embargo, las actividades pecuarias mantendrían una buena dinámica ayudando al crecimiento agregado del sector.
Por su parte, el sector comercio y transporte crecería 3,6% en 2019, en línea con las proyecciones que teníamos en la edición anterior de Prospectiva. Esta trayectoria es consistente con el fortalecimiento del consumo de los hogares, que impulsaría el crecimiento de los canales de alimentos y bebidas, equipos de informática, muebles y artículos para el hogar, entre otros. De igual forma, esperamos un crecimiento de los canales comerciales asociados a la construcción (ferreterías, talleres, entre otros), en línea con una mejor perspectiva del sector edificador para este año. Para 2020, mantenemos el crecimiento en el valor agregado del sector en 3,8%, sustentado en el buen desempeño tanto del comercio como del transporte en línea con un mayor dinamismo en el consumo total.
Entre tanto, la industria manufacturera registraría un crecimiento de 2,5% en 2019 (0,1 pps por encima de la edición anterior), teniendo en cuenta el mejor desempeño en la producción de petróleo que impulsaría el subsector de refinación. Así mismo, esperamos un mejor desempeño de la industria textil, y de alimentos y bebidas, en línea con los mejores resultados en materia de consumo privado que prevemos para este año. Adicionalmente, esperamos un mejor desempeño de actividades de metalurgia y fabricación de materiales para la construcción en línea con el mejor desempeño de este sector este año. Por su parte, para 2020 esperamos un crecimiento del sector manufacturero de 2,4% (0,1 pps por encima de la edición anterior), como consecuencia de un leve ajuste dentro del subsector de actividades de refinación de petróleo.
Las actividades de explotación de minas y canteras registrarían una recuperación y crecerían 1,0% en 2019 (0,3 pps por encima de la proyección anterior), dado un mejor resultado de la campaña de recobro mejorado y perforación en 2018 y un aumento de la inversión en exploración y producción para 2019, mientras que la producción de carbón se mantendría en su nivel actual, alrededor de 85 millones de toneladas. El bajo desempeño del carbón se explica por las expectativas de un recorte [3] en la producción de Cerrejón a 29 millones de toneladas para este año, sumado a un contexto de incertidumbre como consecuencia de la seguridad jurídica dentro del sector. Finalmente, esperamos que la extracción de minerales no metálicos, insumo importante para la construcción, crezca frente a los niveles observados en 2018. Por su parte, esperamos un crecimiento del sector para 2020 de 0,8% (0,1 pps por encima de la edición anterior) obedeciendo a un ajuste en los subsectores de petróleo y gas, y carbón.
El crecimiento esperado para el sector de construcción se mantuvo en 3,0%, explicado principalmente por mejores perspectivas de la construcción de edificaciones. Este desempeño seria consistente con una mayor disposición a comprar vivienda por parte de los hogares frente a los niveles registrados en 2018. Según expectativas de Camacol [4], el nivel de ventas seguirá creciendo más rápido que el nivel de oferta, condiciones propicias para una rotación de inventarios más acelerada y un crecimiento de la generación de valor agregado, vía una recuperación de los niveles de comercialización y lanzamientos para 2019. Por su parte, tal como se mencionó en la edición anterior, las nuevas iniciativas del Gobierno Nacional en materia de política de vivienda, a través de sus programas Semillero de propietarios [5] y Casa digna, vida digna [6] , mantendrán la oferta de vivienda en los segmentos de bajo precio. En esta misma línea, dado el fortalecimiento de la demanda interna y una tendencia de recuperación del subsector de edificaciones, prevemos que el sector de la construcción crezca 4,4% en 2020, igual que en la edición anterior. Este desempeño estaría en línea con una recuperación de la disposición a comprar vivienda por parte de los hogares colombianos.
Por su parte, el subsector de obras civiles registraría un crecimiento de 4,0% en 2019, igual al esperado en la edición anterior. Este mejor desempeño del subsector frente a 2018 estaría sustentado en un aumento en la construcción de obras civiles para la minería y, en menor medida, en la construcción de carreteras, túneles y puentes. Esto en línea con el anuncio de Ecopetrol de aumentar su presupuesto de inversión entre 16%-33% frente a la cifra de 2018, el 80% de este monto se destinaría a actividades de exploración y producción, que en su gran mayoría (90%) se haría dentro del territorio nacional, lo cual jalonaría las obras civiles para la minería. Por otro lado, se prevé un aumento en la ejecución de las obras del programa 4G y otras obras de ingeniería en las regiones frente a lo ejecutado en 2018. A pesar de que el gobierno nacional se ha mostrado dispuesto a agilizar la ejecución de los proyectos 4G, tomando las medidas en materia de gestión institucional para devolver la confianza a los inversionistas, la información sobre los proyectos de 4G sugiere que estos generarían impactos crecientes en el PIB a partir de 2020.
La proyección de crecimiento del sector electricidad, gas y agua se revisó al alza a 2,2% en 2019 (0,7 pps por encima de la edición pasada), obedeciendo a un mayor dinamismo de la demanda de energía eléctrica y a un fortalecimiento de la matriz energética en el país como consecuencia de un menor impacto del fenómeno El Niño frente al que esperábamos en ediciones pasadas. En esta misma línea, esperamos para 2020 un crecimiento de 3,0% (al igual que la edición pasada) como consecuencia de un buen comportamiento de la demanda de energía eléctrica.
El sector de actividades financieras y de seguros crecería 3,5% (igual que en la edición anterior) con lo cual aceleraría su crecimiento frente a 2018, gracias a mejores dinámicas en el consumo de los hogares y en obras civiles, lo cual esperamos contribuya positivamente al crecimiento de las carteras de consumo y comercial. Así mismo, esperamos que la cartera hipotecaria registre un mejor desempeño relativo a 2018, en línea con la recuperación gradual de la disposición a comprar vivienda. Para 2020, esperamos un crecimiento de 4,7% del sector, como consecuencia del fortalecimiento de las variables anteriormente mencionadas.
Administración pública, defensa y educación registraría un crecimiento de 4,6% en 2019 y un crecimiento de 4,0% en 2020, en línea con una desaceleración del consumo público [7]. Por su parte, el sector de información y comunicaciones crecería 3,2% en 2019 y 3,4% en 2020 (0,2 pps por encima de la proyección anterior, principalmente por la corrección alza en el pronóstico de consumo). El sector de actividades artísticas, entretenimiento y servicios domésticos registraría un crecimiento de 3,1% en 2019 y 3,6% en 2020, al igual que la edición anterior. Finalmente, las actividades profesionales, científicas y técnicas registrarían un crecimiento de 4,7% en 2019 y un crecimiento cercano al 5,4% en el año 2020.
2.1.3. Riesgos para el crecimiento en 2019
Las expectativas de crecimiento para 2019 necesariamente contemplan riesgos negativos y positivos que de materializarse podrían afectar la dinámica productiva y las proyecciones de crecimiento (Cuadro 2). En este sentido, estimamos que la ocurrencia de los riesgos negativos podría generar un escenario de crecimiento bajo para 2019 cercano al 2,8%, mientras que los riesgos positivos podrían producir un escenario de crecimiento alto alrededor de 3,7%.
Cuadro 2: Balance de riesgos para 2019 frente a la proyección base
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2.2. Prospectiva de Crecimiento 2021-2023
Para el mediano plazo mantuvimos la mayoría de las perspectivas de crecimiento frente a la edición anterior de Prospectiva haciendo énfasis en una expectativa continua de recuperación económica. Así, el crecimiento en el año 2021 se acercaría a 3,7% y posteriormente se estabilizaría alrededor de 4,1% en el año 2023 (Cuadro 3). Estas perspectivas de crecimiento económico en el periodo 2021-2023 se fundamentan principalmente en: i) una recuperación del consumo total en línea con mejores expectativas sobre la recuperación de la confianza de los hogares, ii) una aceleración de la inversión total por mejores expectativas de la construcción de obras civiles, y iii) un crecimiento de las exportaciones menor al esperado para las importaciones, con lo cual el balance en el comercio exterior estaría limitando el crecimiento. De este modo, la economía colombiana estaría creciendo a niveles cercanos a su potencial desde el próximo año y se mantendría alrededor de estos niveles en el mediano plazo.
Cuadro 3: Trayectoria de crecimiento del PIB en mediano plazo (%). Escenario Base
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El consumo total se ubicaría en promedio en 4,7% en el mediano plazo, con una senda de consumo privado que aumenta gradualmente hasta llegar a 4,9% en 2023. Por su parte, el consumo público se crecería gradualmente en línea con los ciclos políticos y luego repuntaría en el año 2023 (4,8%). El consumo de los hogares registraría una recuperación gradual a medida que la confianza de los hogares se recupere, el desempleo disminuya, y el ingreso disponible de los hogares aumente, en línea con la senda de crecimiento económico. Por su parte, la inversión total de la economía registraría una recuperación más moderada, hasta alcanzar un crecimiento de 4,6% en 2023, consistente con una recuperación mucho más gradual en la construcción de obras civiles. En términos generales, en ausencia de choques positivos en los términos de intercambio que aceleren la entrada de recursos a la economía y/o reformas estructurales en términos de productividad y competitividad, la recuperación de la demanda interna sería más paulatina y alcanzaría una tasa de crecimiento promedio cercana al 4,6% en la senda de mediano plazo.
Entre los sectores productivos, se destacan comercio y transporte y la industria manufacturera por sus contribuciones esperadas al crecimiento en el mediano plazo. Para la industria, tal como mencionábamos en la edición anterior, será esencial implementar políticas que contribuyan a mejorar la productividad y a impulsar la innovación en las diferentes actividades manufactureras. Por su parte, los sectores de servicios presentarán un crecimiento gradual a medida que se recupera la demanda interna, pero en algunos sectores como la comunicación e información, existen retos no despreciables en materia de condicionamiento de la infraestructura existente. Por su parte, la senda de crecimiento de las actividades financieras dependerá del desempeño de la construcción y el consumo total en la economía, al igual que el desempeño de los mercados financieros a nivel internacional.
Por su parte, el sector agropecuario contribuirá en mayor medida al crecimiento en el mediano plazo, pero es indispensable aumentar la velocidad en la que se realiza la renovación del parque cafetero colombiano, por un lado, y por otro, avanzar en mejoras regulatorias que incentiven las inversiones privadas en el sector. En relación con la minería, los avances del sector petrolero en la optimización de los procesos de producción de los yacimientos convencionales y en la posibilidad de explotar yacimientos no convencionales con toda responsabilidad ambiental que ello demanda, serán fundamentales para la dinámica agrega en el mediano plazo. En cuanto a la explotación de otras minas y canteras, como el carbón, será indispensable resolver los problemas de seguridad jurídica que enfrentan las compañías en la explotación de estos recursos, hecho que ha desestimulado la inversión y producción en estas actividades.
Por su parte, el subsector de obras civiles ha estado inmerso en un contexto donde los diversos sistemas de control, monitoreo e información han fallado. Como consecuencia, se ha generado un deterioro en la confianza inversionista dado que los proyectos avanzan lentamente o terminan sufriendo grandes problemas de inseguridad jurídica. Tal como mencionamos en la edición anterior, como resultado el número de cierres financieros de las 4G sería más lenta en el tiempo, y por ende, su ejecución. Sin embargo, la senda de crecimiento del sector de obras civiles registraría crecimientos por encima del PIB, alcanzando un crecimiento superior a 5% a partir del 2021.
Tal como advertimos en la edición pasada de Prospectiva, existen retos que el actual gobierno deberá resolver, tales como mejorar la sinergia y coordinación entre las entidades nacionales y subnacionales, y avanzar en las mejoras de la gestión contractual con el propósito de resolver problemas en la gestión predial, ambiental, y traslado de redes, problemas que han tenido un impacto negativo en la ejecución de proyectos de infraestructura. Adicionalmente, será un reto del gobierno nacional continuar estimulando la participación de la banca internacional y de mercado de capitales en los proyectos de infraestructura nacional.
Por su parte, el subsector de edificaciones continuaría su senda de recuperación en el mediano plazo. Como hemos venido mencionando, serán esenciales para esta recuperación los programas sociales que adelanta el gobierno nacional como Semillero de Propietarios, y Casa digna, Vida digna para aumentar la oferta y venta de vivienda VIS, mientras que el mercado No VIS continúa con su proceso de ajuste. Por su parte, el componente no residencial se recuperaría en línea con la dinámica de la economía, especialmente del sector empresarial y corporativo, en el que son necesarias nuevas unidades de bodegas, oficinas y establecimientos para el comercio y la industria.
Para finalizar, dentro de los riesgos a la baja para el crecimiento en el periodo 2021-2023 (gráfico 8), se destaca una menor ejecución de los proyectos de infraestructura vial, choques negativos en los términos de intercambio o efectos de contagio de otros países emergentes y desarrollados [8]. Por otro lado, entre los principales riesgos al alza, mantenemos el aumento en la producción del café y otros productos agropecuarios, el petróleo y la minería, que podrían generar una mejor dinámica exportadora. Igualmente, un aumento en el precio de las materias primas generaría una aceleración de la inversión y el consumo total. No obstante, el reto que más apremia en el mediano plazo, como mencionábamos en ediciones anteriores, y que mayores aportes generaría a la economía colombiana sería una mayor ejecución de los proyectos de infraestructura vial y la adopción de políticas públicas que estén enfocadas al aumento en la productividad y competitividad de los procesos productivos en el país. En este orden de ideas, de materializarse los riesgos al alza, estimamos que el crecimiento económico alcanzaría una tasa de 4,6% en el 2023, y en caso contrario, se ubicaría alrededor de 3,4%.
Gráfico 8: Escenarios de crecimiento del PIB (2019-2023)
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2. Desempeño económico frente a la región
En esta edición de Prospectiva, introducimos esta nueva sección con el propósito de realizar un análisis comparativo sobre el desempeño de la economía colombiana frente a sus pares de la región. Para esta edición, analizamos la tendencia del crecimiento económico de los países que conforman el grupo LAC-7 (Chile, Colombia, Argentina, Perú, México, Brasil, y Venezuela) al igual que el comportamiento de la inversión medida a través de la formación bruta de capital fijo.
En primer lugar, la economía colombiana se ha comportado relativamente bien frente a sus pares en la región. A pesar del choque que generó la caída en el precio del petróleo en 2014, la actividad productiva en el país se ha mostrado resiliente y se mantiene como la segunda economía de mayor crecimiento en la región después de Perú (Gráfico 8), y por encima del crecimiento promedio de los países LAC-7. Este resultado obedece principalmente a las decisiones de política macroeconómica que han tomado las autoridades y que permitieron un buen ajuste de la economía ante el choque externo. Por el contrario, Argentina, Brasil, y Venezuela han evidenciado debilidades en sus instituciones económicas y esto ha comprometido su crecimiento económico, y actualmente se ubican como los países de menor crecimiento entre los sietes principales de la región (Gráfico 9).
Gráfico 9. Crecimiento económico acumulado países LAC-7 (índice 2009 =100)
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Por su parte, la inversión total en Colombia medida a partir de la formación bruta de capital fijo como porcentaje del PIB también se ha comportado relativamente bien si se le compara con los niveles observados de los demás países de la región. Como resultado de lo anterior, entre 2017 y 2018, la economía colombiana registró tasas de inversión de 21,6% y 21,2% respectivamente. En 2018 Colombia fue el quinto país con mayor tasa de inversión después de Argentina, México, Chile, y Perú. Aunque este es un resultado bueno, las estimaciones de Cavallo & Serebrisky (2016) sugieren que el nivel de inversión mínimo compatible con un crecimiento sostenible de largo plazo para Colombia debería ser 25% del PIB.
Gráfico 10: Formación bruta de capital fijo en la región LAC-7 (2018 vs 2017)
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Referencias
CAMACOL (2018). Tendencias de la Construcción. Diciembre de 2018. Decimocuarta edición. Bogotá D.C.
Cavallo, E., & Serebrisky, T. (2016). Ahorrar para Desarrollarse. Cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor. Banco Interamericano de Desarrollo. Publicaciones BID.
Davivienda (2019). PMI Davivienda del Sector de la Manufactura en Colombia. Enero 2019. Bogotá D.C.
Ecopetrol S.A. (2018). Boletin de Prensa – Plan de inversiones 2019. Bogotá D.C.
Gobierno de Colombia; Ministerio de Transporte; Viceprecidencia et al (2018). Situación de gestión contractual de los proyectos de cuarta generación de concesiones viales. Bogotá D.C.
Oficina del Asesor del Gobierno de Asuntos Cafeteros (2018). Informe de Coyuntura Cafetera. Cuarto trimestre de 2018. Bogotá D.C.
XM (2019). Informe mensual general del mercado – Febrero de 2019. Bogotá D.C.