Editorial. Remesas en Colombia: contexto y comportamiento reciente
*Con la colaboración de Helena Suárez
Las remesas hacen parte de las transferencias corrientes registradas en la Balanza de Pagos de Colombia. De hecho, son una fuente creciente y estable[1] de ingresos externos, por lo que han contribuido a moderar el déficit de la cuenta corriente del país. En 2018 las remesas representaron alrededor del 7,4% de los ingresos totales de la cuenta corriente, lo que equivale a 2% del PIB.
En este Editorial se hace una breve revisión de la literatura sobre los factores determinantes de las remesas y su caracterización en Colombia. A partir de lo anterior, se presentan nuestras perspectivas sobre el comportamiento de este tipo de transferencias en Colombia en el mediano plazo.
Factores determinantes de las remesas en Colombia
Las remesas son las transferencias corrientes por parte de emigrantes a su país de origen, por lo que son el resultado de fenómenos migratorios. Los emigrantes giran remesas a sus países de origen por varias razones, entre las que se encuentran las motivaciones altruistas hacia sus familias o la conveniencia de realizar inversiones o ahorros en sus países. El valor de estas transferencias es mayor en la medida en que aumenta el ingreso de los migrantes (quienes envían las remesas) y disminuye cuando el ingreso del hogar receptor aumenta (Vargas-Silva y Huang, 2006). Por ejemplo, Garavito-Acosta, et al., (2019) identificaron que en Colombia las remesas se ven afectadas negativamente por un choque positivo al PIB, lo que se entiende como una mejora en el ingreso del hogar receptor. Por su parte, Gómez y Ramírez (2014) encontraron una relación positiva entre las remesas y el PIB de Estados Unidos y España, el número de emigrantes, la tasa de desempleo en Colombia y la tasa de cambio real, y una relación negativa con el PIB de Colombia.
En esta misma línea, Orbegozo y Gantiva (2018) demostraron que la actividad económica de Estados Unidos afecta positivamente el envío (rezagado) de remesas, mientras que el mejor desempeño económico de Colombia desincentiva estas transferencias[2]. Además, identificaron que la tasa de intervención del Banco de la República tiene un efecto positivo sobre las remesas, en la medida en que un mayor costo de oportunidad por ahorrar en moneda extranjera estimula los giros hacia el país. Respecto al efecto de la depreciación sobre las remesas, hay trabajos que indican un efecto positivo sobre el poder adquisitivo de los migrantes en moneda local, lo que aumenta el valor de los giros (Bougha-Hagbe, 2004). Sin embargo, también se ha reportado el efecto contrario: la depreciación de la moneda local induce a los migrantes a reducir el monto del giro, pues se requieren menos dólares para mantener la misma canasta de consumo de bienes y servicios (Lueth y Ruiz-Arranz, 2006). Orbegozo y Gantiva (2018) encontraron que en Colombia la depreciación tiene un efecto positivo (en el mismo periodo) sobre el envío de remesas al país. Lo anterior se contrarresta con el efecto negativo de un periodo después, por lo que concluyen que la tasa de cambio tiene un efecto transitorio sobre los giros.
En Colombia, las emigraciones se han explicado por factores internos, como la situación económica del país, las mejores oportunidades de ingreso en otros países, y las condiciones de seguridad y violencia. En la década de los noventa cerca de un millón de colombianos residían en el exterior, principalmente en Estados Unidos y Venezuela. Lo anterior se deriva de la flexibilización en la regulación migratoria de Estados Unidos, en particular el Hart-Celler Act (1965) que eliminó las restricciones a inmigrantes no blancos[3]. De hecho, este país pasó de recibir alrededor de 70,000 colombianos en la década del sesenta a más de 124,000 entre 1981 y 1990[4]. En general, estos migrantes se caracterizaban por ser profesionales, ubicados en el sector de servicios financieros e inmobiliarios y manufacturas (Garavito-Acosta, et al., 2019).
Respecto a los flujos migratorios hacia Venezuela, estos se intensificaron en la década del setenta, resultado del auge petrolero que no solo impulsó el crecimiento económico de ese país, sino que llevó a un aumento programado en la demanda de mano de obra calificada en ese sector (V Plan de la Nación: 1976-1980). En este contexto, y dada la cercanía geográfica y cultural entre Colombia y Venezuela, los colombianos pasaron de representar el 17,5% del total de inmigrantes en 1961 al 30% en 1977. La mayoría de los emigrantes pertenecían a los departamentos cercanos a la frontera como Norte de Santander y Santander.
Una tercera ola de migración empezó a finales de los años de los noventa hacia España, por la facilidad del idioma. A diferencia de los casos anteriores este éxodo se originó por factores internos. En particular, por la mala situación económica de Colombia (crisis de fin de siglo). De acuerdo con la Cancillería de Colombia, estos migrantes eran originarios de regiones como el eje cafetero y Antioquia, ciudadanos clase media que se fueron buscando mejores oportunidades laborales.
Además de estos destinos tradicionales, en las últimas dos décadas los colombianos han migrado a países como Canadá y Chile (Tabla 1). Este redireccionamiento en los flujos se explica por la crisis financiera y el endurecimiento del control migratorio en Estados Unidos y los problemas económicos en España durante la primera década del 2000. Adicionalmente, estos nuevos migrantes son jóvenes más educados que los del siglo XX, por lo que además de mejores oportunidades laborales y económicas también buscan oportunidades de estudio. De hecho, en 2018, se estimó que 146,000 colombianos residían en Chile, lo que representa el 12% del total de inmigrantes de ese país (INE-Chile, 2019).
Entre 2009 y 2016, en Canadá se registraron alrededor de 30,000 colombianos con residencia permanente, lo que podría explicarse por los planes de inmigración del gobierno de ese país.
Gráfico 1. Remesas de trabajadores como porcentaje de los ingresos de la cuenta corriente
(Porcentaje, %)
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Banco de la República. Cálculos Fedesarrollo.
Como se observa en el Gráfico 1, durante la última década los ingresos por remesas como porcentaje de los ingresos de la cuenta corriente han tenido una tendencia creciente. Esto se explica por la recuperación de la economía de Estados Unidos después de la crisis de 2018, el repunte en el crecimiento de España desde 2014 y las migraciones de colombianos hacia nuevos destinos. Las remesas han recuperado su importancia como fuente de ingresos externos, y tan solo en 2018 representaron el 7,7% de los ingresos de la cuenta corriente (Gráfico 1). Adicionalmente, su relativa estabilidad (frente a otro tipo de ingresos) ha contribuido positivamente a la evolución de los ingresos corrientes de la balanza de pagos.
Caracterización
Históricamente, la mayor cantidad de giros de remesas hacia Colombia tienen origen en Estados Unidos y España (64% del total), lo que es consistente con los flujos migratorios (Tabla 1). Como se mencionó en la sección anterior, el incremento de este tipo de transferencias se asocia con el comportamiento de la economía de los países de origen. La mejora en los ingresos salariales en Estados Unidos y la reducción de la tasa de desempleo de la población hispana o latina en ese país, que se encuentra en mínimos históricos (de4,78% en el periodo enero-septiembre de 2018 a 4,36% en el mismo periodo de 2019)[5], ha elevado el monto de este tipo de transferencias.
Después de Estados Unidos, España es el segundo país más importante en términos de remesas para Colombia. Actualmente Colombia es el segundo país con más residentes en ese país, ubicándose detrás de Marruecos. Entre 2008 y 2011 se giraron más remesas desde España que desde Estados Unidos, lo que coincide con la crisis financiera de 2008. Sin embargo, a partir de 2014, las remesas provenientes de España han disminuido, cediendo terreno a otros países como Chile, en donde ha aumentado el flujo de migrantes colombianos (Tabla 1).
Por otra parte, las remesas desde Venezuela alcanzaron a ser el 11,2% del total en 2013. No obstante, la situación económica del último quinquenio en ese país lo ha convertido en una fuente irrelevante de ingresos externos para Colombia. En efecto, en el promedio observado entre 2005-2009 y 2018 se dio un aumento de cerca de 7 puntos porcentuales (pps) en la participación de otros países en el total de las remesas de la balanza de pagos de Colombia. Los países con mayores cambios en su participación fueron Estados Unidos y Chile, que aumentaron 9 pps y 6 pps respectivamente, mientras que España redujo su participación en 23 pps (Tabla 1).
Tabla 1. Remesas por país de origen
(Porcentaje del total)
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Banco de la República. Cálculos Fedesarrollo
Respecto al destino de las remesas, se tiene información producida por el Banco de la República desde el 2013. De acuerdo con los datos publicados hasta el tercer trimestre de 2019, el 24,6% de los giros son dirigidos al Valle del Cauca, el 17,5% a Cundinamarca y el 17,4% a Antioquia. Estos porcentajes se han mantenido relativamente estables a lo largo del tiempo (Gráfico 3). De acuerdo con el Censo de 2018 producido por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 20% de las personas que respondieron haber vivido en otro país en los últimos cinco años son originarios de Bogotá, el 10,4% de Antioquia y el 6,5% del Valle del Cauca. Lo anterior es consistente con los fenómenos migratorios descritos anteriormente.
Gráfico 3. Remesas por departamento de destino
(Porcentaje del total)
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Banco de la República
*Datos hasta tercer trimestre
Ahora bien, al comparar las remesas como porcentaje del PIB con otros países de América Latina, Colombia se ubica ligeramente por debajo de México y Ecuador, con un comportamiento relativamente estable alrededor del 2% (Gráfico 5). Sin embargo, como porcentaje de las exportaciones totales, en Colombia las remesas son equivalentes al 15%, cifra similar a las ventas externas de carbón (Gráfico 6).
Gráfico 5. Remesas como porcentaje del PIB
(Variación anual, %)
Haz click sostenido para acercar

Fuente: IDB Macrowatch
Gráfico 6. Principales productos de exportación y remesas
(Porcentaje de las exportaciones totales, %)
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Banco de la República. Cálculos Fedesarrollo.
Evolución reciente
En lo corrido del año hasta septiembre los ingresos por remesas de trabajadores registraron un crecimiento anual de 9,6% (Gráfico 7). Al convertir este monto (USD 4.998 millones) a pesos colombianos, el crecimiento anual es de 23,1%, lo que se explica por la depreciación del peso frente al dólar durante 2019[6]. El crecimiento en los envíos por remesas en dólares se da a partir de 2016, en línea con la recuperación económica de los principales países de origen de los recursos.
Gráfico 7. Remesas año corrido hasta septiembre
(Millones de dólares)
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Banco de la República. Cálculos Fedesarrollo.
Respecto a la relación de las remesas con el consumo privado, la literatura encuentra que un aumento en los envíos de remesas impacta directamente el ingreso disponible de los hogares receptores. De acuerdo con Garavito-Acosta et al. (2019) las remesas tienen un impacto inmediato sobre el consumo de los hogares, el cual representa actualmente el 68,5% del PIB. Con base en la Encuesta Banca de las Oportunidades de 2016, los autores calcularon que el 93,4% de estos giros se destinan para los gastos normales del hogar, como alimentación, arriendo y para el pago de servicios y deudas. Adicionalmente, al distribuir por quintil de ingreso, los autores encuentran que el 45,4% de las remesas son enviadas a los hogares de los primeros dos quintiles. Lo anterior se encuentra en línea con lo encontrado por Medina y Cardona (2010), pues son los hogares más pobres los que destinan una mayor proporción de sus ingresos al consumo, en vez de al ahorro o la inversión.
Como se observa en el Gráfico 9, el crecimiento del consumo de los hogares y las remesas muestra un comportamiento similar. Durante el 2018 y 2019 la tendencia positiva del consumo es consistente con el incremento en las remesas. No obstante, se observa que, en periodos anteriores de incremento en los ingresos por remesas, el consumo no ha reaccionado de igual manera.
Gráfico 9. Remesas en COP y consumo de los hogares
(Variación anual, %)
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Banco de la República y DANE. Cálculos Fedesarrollo.
En línea con lo anterior, es importante destacar que Colombia no es el único país que presenta un incremento en sus remesas durante los últimos años. Al evaluar los casos de pares regionales como Perú y México se observa un aumento de las remesas en moneda local a partir del 2014, acorde con la depreciación de las monedas emergentes. Si bien la economía peruana ha mostrado sólidos resultados en el crecimiento del consumo privado (3,0%), su dinamismo económico aún permanece bajo y cerrará el 2019 con un crecimiento estimado de 2,4%. En el caso de México, se estima que crecerá cerca de 0,1% en 2019, mientras que el consumo de los hogares se ha mantenido débil en lo corrido de este año (0,9%) (Latin American Consensus Forecasts, diciembre 2019). De esta manera, si bien el consumo de los hogares en Colombia responde al incremento de las remesas, no es el único factor determinante en el dinamismo de esta variable y de la economía en general.
Conclusiones y perspectivas
Las remesas son una fuente de ingresos importante para Colombia y han contribuido a moderar el déficit de la cuenta corriente del país. En lo corrido de 2019 este tipo de transferencias ha reportado un buen comportamiento, lo que se podría explicar en parte por la depreciación que ha tenido el peso colombiano, pues al convertir el monto recibido de dólares a pesos, la variación anual ha sido mayor en la moneda local.
Si bien es cierto que los ingresos por remesas han contribuido a cerrar el déficit de la cuenta corriente, consideramos que en el mediano plazo estas transferencias tenderían a moderar su crecimiento. Por un lado, la edad de los migrantes tradicionales (Estados Unidos, España, Venezuela, Panamá, Ecuador, Reino Unido e Italia) están envejeciendo, lo que podría reducir estas transferencias si estos migrantes deciden retornar a Colombia (Garavito-Acosta, et al., 2019). Adicionalmente, en 2020, la desaceleración de la economía de Estados Unidos y España, sumados al pobre desempeño de Venezuela le restarían dinamismo a este rubro. Lo anterior sería compensado parcialmente por los giros de los colombianos migrantes a destinos no tradicionales, como Chile y Canadá. Sin embargo, el valor de estas transferencias es más bajo, dada las características de estos migrantes: jóvenes, solteros, educados o estudiantes (Garavito-Acosta, et al., 2019).
Referencias
Cadena, X. y Cárdenas, M. (2004). Las remesas en Colombia: costos de transacción y lavado de dinero. Informe Final, Fedesarrollo.
Cárdenas, M. y Mejía, C. (2006). Migraciones internacionales en Colombia: ¿Qué sabemos? Documentos de Trabajo, Número 30, Fedesarrollo.
De, S., Islamaj, E., Kose, MA. Y Yousefi, SR. (2016). Remittances over the Business Cycle: Theory and Evidence.World Bank KNOMAD Working Paper, Number 11.
Garavito-Acosta, AL., Collazos-Gaitán, MM., Hernández-Bejarano, MD. y Montes-Uribe, E. (2019). Migración internacional y determinantes de las remesas de trabajadores en Colombia. Borradores de Economía, Número 1066, Banco de la República.
Gómez, AM. y Ramirez, Z. (2014). Dinámica económica de las remesas enviadas desde España y Estados Unidos a Colombia entre 2005-2013: un análisis de cointegración. Apuntes del CENES.
Medina, C. y Cardona, L. (2010). The Effects of Remittances on Household Consumption, Education Attendance and Living Standards: The Case of Colombia. Lecturas de Economía, Número 72.
Mondal, K. y Khanam, R. (2018). The impacts of international migrants’ remittances on household consumption volatility in developing countries. Economic Analysis and Policy, 59.
Orbegozo, C. y Gantiva, D. (2018). Análisis de los determinantes del giro de remesas: El caso de Colombia. Notas Fiscales, Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Vargas-Silva, C. y Huang, P (2006). Macroeconomic determinants of workers´ remittances: Host vs. home country´s economic conditions. Journal of International Trade and Economic Development, 15(1).