Editorial: Costo económico de las nuevas restricciones de movilidad
Por: Luis Fernando Mejía
Con la colaboración de: Martha Elena Delgado, Andrés Gallego, Sebastián Bernal y Daniela López
Introducción
El 2020 quedó registrado en la historia mundial como el año de la pandemia del COVID-19, siendo un acontecimiento que afectó gravemente las dinámicas económicas y sociales en todos los países. Al inicio de la emergencia, la cuarentena estricta a nivel nacional decretada desde finales de marzo tuvo fuertes efectos sobre la mayoría de los sectores de la economía, ocasionando un decrecimiento anual del PIB para el segundo trimestre del -15,8%, la mayor caída histórica en la serie trimestral. Asimismo, el desempleo se incrementó, pasando de 9,5% en el cierre de 2019 a 19,8% en junio de 2020. Posteriormente, para el tercer trimestre del año, ante la reapertura del comercio y la flexibilización de las medidas de confinamiento se dio lugar a una recuperación gradual, evidenciada en un decrecimiento de -9,0% respecto al mismo periodo del año anterior. Los resultados del Índice de Seguimiento de la Economía (ISE) también mostraron una mejoría: mientras que en abril se registró un decrecimiento anual de -20,6%, en agosto la caída se ubicó en -10,3% y en noviembre la contracción fue de -3,4%.
En vista de las anteriores señales de recuperación, la llegada del 2021 se convirtió a nivel mundial en uno de los eventos más esperados, con la esperanza de dejar atrás la difícil coyuntura producto de la expansión del virus. El énfasis estaba en el inicio de los procesos de vacunación y en la continua flexibilización de las restricciones de movilidad, para un retorno gradual hacia la normalidad. Sin embargo, la situación en las primeras semanas del año dista de estas expectativas. El primer mes del año en el país vino acompañado de restricciones a la movilidad ante el creciente número de contagios posterior a la temporada decembrina y al progresivo copamiento de las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) en las principales ciudades del país.
Concretamente, en lo corrido del mes de enero, distintos departamentos y ciudades han implementado nuevas medidas como intento de contener la expansión del virus y reversar las cifras de contagio resultantes de la temporada de fin de año. Las primeras restricciones impuestas fueron el pico y cédula en las ciudades principales, de la mano de decretos de ley seca en varios municipios y toques de queda nocturnos. Posteriormente, las restricciones se robustecieron a nivel nacional con más toques de queda y ley seca no solo en las capitales departamentales sino en casi el total del país durante el puente de reyes. Incluso se llegó a imponer en algunos lugares cuarentena estricta general o el llamado toque de queda continuo.
En este editorial, estimamos el costo económico y el efecto en el empleo de las nuevas restricciones de movilidad. Los resultados arrojan un costo económico entre 8,3 y 12,5 billones de pesos, equivalentes al 0,8% y 1,2% del PIB, respectivamente. Los sectores de comercio, actividades artísticas y actividades financieras serían los más perjudicados. Por su parte, el mercado laboral se vería afectado con un aumento de entre 0,6 y 0,9 puntos porcentuales en la tasa de desempleo (entre 146 mil y 220 mil desempleados adicionales).
Contexto y metodología
Para abordar el costo económico de las recientes medidas de confinamiento adoptadas en el territorio nacional, es necesario entender primero la naturaleza de estas. La mayor parte de las medidas han sido tomadas de forma descentralizada por parte de los gobernadores de los distintos departamentos y de los alcaldes de las principales ciudades y han consistido, en su mayor parte, en cuarentenas totales durante los fines de semana (especialmente el puente de reyes), pico y cédula, ley seca y toques de queda nocturnos entre semana.
Dentro de las principales medidas que se han tomado, resaltan las de Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca, no sólo porque han sido las más restrictivas, sino porque han sido aplicadas en las ciudades y departamentos que tienen mayor participación en el PIB nacional. Las medidas más importantes tomadas en estos departamentos se detallan a continuación:
Cuadro 1. Restricciones de movilidad en las principales ciudades del país
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Gobernaciones y alcaldías correspondientes.
En términos generales, las medidas como la cuarentena total durante los fines de semana, la ley seca, y el pico y cédula, han afectado principalmente la operación de sectores como el de comercio y turismo, actividades artísticas y actividades financieras, dejando sin mayores efectos negativos en su operación a las actividades esenciales como la agricultura, construcción y en general la producción, transporte y comercialización de bienes de primera necesidad (Decreto 1076 del 2020).
Partiendo de lo anterior, el modelo que se usa para estimar el costo de las nuevas cuarentenas reconoce el carácter descentralizado de las medidas de confinamiento y los diferentes grados de intensidad con las que han sido aplicadas. Siguiendo la metodología propuesta por Mejía (2020), se especifica un modelo en donde el nivel de operación económica nacional esté desagregado a nivel sectorial y departamental. De esta forma, se obtienen los efectos diferenciados en la producción de cada sector de acuerdo con las medidas de confinamiento que han sido tomadas en diferentes regiones y ciudades dentro de cada departamento.
El supuesto esencial de este ejercicio se refiere a la forma en que estas restricciones afectan el crecimiento anual de la economía. El periodo que se toma como base es diciembre de 2020, periodo en el cual la economía ya contaba con un importante grado de apertura y con ajustes por parte de las empresas y trabajadores al nuevo escenario económico. Al tomar este mes como base también se garantiza que nuestra cuantificación esté aislando el efecto marginal de las restricciones sobre la actividad productiva. Suponemos, además, que las medidas tomadas en los distintos departamentos se mantendrán únicamente durante el mes de enero.
Adicionalmente, se proponen dos escenarios en términos de la velocidad de recuperación de la economía. En el primer escenario (A), se considera que las medidas de distanciamiento impactan a la economía durante un solo mes, de tal forma que los distintos sectores económicos entrarían a febrero con una plena operación. Por el contrario, el segundo escenario (B) tiene en cuenta un periodo de recuperación de un mes adicional. Allí, los flujos de actividad entre consumidores y productores de los distintos sectores económicos pueden retomar el nivel de operación previo a las restricciones solo hasta el mes de marzo.
Para abordar la caída en el crecimiento, se sigue la metodología planteada por Mejía (2020), donde se asume que la reducción de la tasa de crecimiento depende exclusivamente del porcentaje en que se vio reducida su operación. Esto, sin importar el ritmo de crecimiento esperado o el nivel de producción previo. En particular, la caída en la tasa de crecimiento anual en un departamento por una reducción de un mes en su operación de 𝑥% es 𝑥%/12[1]. Por ejemplo, un departamento que por las medidas de contención reduce su operación a la mitad, tendrá una caída en su tasa de crecimiento del 50%/12 = 4,2%. Esta caída en el crecimiento se pondera por la participación del departamento en el PIB nacional y se multiplica por el supuesto de PIB a precios corrientes para el 2020 de Fedesarrollo. Finalmente, se suman cada uno de los costos estimados por departamento y se obtiene el costo económico del total nacional. Para obtener el costo por sector se sigue un ejercicio similar al anterior, en donde la única diferencia radica en que la caída en la tasa de crecimiento sectorial ahora se pondera por la participación que tiene el sector en el PIB (en condiciones normales).
Resultados
A partir de la metodología mencionada anteriormente, se estimó una caída en la operación de la actividad regional y sectorial en Colombia. En este sentido, los departamentos con mayores restricciones de movilidad en este inicio de año son los más afectados en materia económica y, consecuentemente, aportan en mayor medida al costo económico del total nacional.
Bogotá, que ha tomado medidas restrictivas más fuertes frente a los demás departamentos, tendría una operación del 81,2% en la actividad económica de enero comparado con diciembre de 2020. Los departamentos de Antioquia y Valle del Cauca, con restricciones menos severas que en Bogotá, pero con limitaciones en la movilidad por las medidas de pico y cédula a lo largo del mes y los fines de semana a causa de los toques de queda continuos, tendrían niveles de operación del 89,2% y 88,9%, respectivamente. En orden de participación en el PIB, los departamentos de Santander, Cundinamarca y Atlántico verían menores reducciones en los niveles de operación (93,3%, 93,1% y 93,1%). Los demás departamentos, que en conjunto representan el 33,4% del PIB nacional, tendrían una operación promedio de 96,4%. Teniendo en cuenta el peso de cada departamento en el PIB nacional y su porcentaje de operación para enero, el nivel de actividad del país sería 90,2% (Gráfico 1).
Gráfico 1. Operación de la economía departamental y participación sobre el PIB
Haz click sostenido para acercar

Fuente: DANE. Cálculos Fedesarrollo
*San Andrés, Providencia y Santa Catalina
Por otro lado, las restricciones de movilidad han tenido impacto especialmente en los sectores que dependen en mayor grado de las actividades presenciales y que no se encuentran dentro de las excepciones otorgadas por las autoridades locales. Por esta razón, las actividades artísticas y de entretenimiento, a pesar de ser el sector con la menor participación en el PIB (2,3%), tendrían la mayor reducción en su operación, situando su actividad en 71,3% frente a diciembre de 2020 ante las limitaciones en los eventos culturales y de recreación (Gráfico 2). Por otra parte, el sector de comercio y transporte, el de mayor participación en el PIB nacional (17,7%), vería reducida su operación hasta ubicarse en 81,2%, principalmente por un menor comportamiento en los subsectores de transporte y alojamiento y servicios de comida. Las actividades financieras serían el tercer sector con la mayor afectación (operación de 89%) como consecuencia de una menor movilidad de las personas hacia las entidades bancarias, así como una menor dinámica en el subsector de seguros. Aunado a lo anterior, las industrias manufactureras, las actividades inmobiliarias y el suministro de electricidad, gas y agua verían afectadas sus operaciones (-10%, -9,3% y -8,0%) como resultado de las restricciones de movilidad, que disminuyen la demanda intermedia y final por los bienes y servicios relacionados. Finalmente, el resto de los sectores tendrían una operación promedio de 97%, al estar relacionados con actividades esenciales o que cuentan con una dinámica que puede adaptarse más fácilmente a la virtualidad.
Gráfico 2. Operación de la economía sectorial y participación sobre el PIB
Haz click sostenido para acercar

Fuente: DANE. Cálculos Fedesarrollo
Con base en estos supuestos, el Cuadro 2A presenta los costos económicos asociados con las actuales restricciones de movilidad a lo largo del país. De acuerdo con los cálculos, las medidas tomadas en enero tienen un costo económico de 8,3 billones de pesos (0,8% del PIB) en el escenario A y 12,5 billones de pesos (1,2% de PIB) en el escenario B. Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca tendrían una participación del 48,8%, 15,9% y 11% en la reducción de la actividad económica nacional en enero, equivalentes a 4,1, 1,3 y 0,9 billones de pesos en el escenario A y 6,1, 2,0 y 1,4 billones de pesos en el escenario B. Asimismo, los sectores de comercio, industrias manufactureras y actividades inmobiliarias tendrían la mayor participación en el costo económico entre los sectores (35,8%, 11,8% y 8,5%), que corresponden a 3,0, 1,0 y 0,7 billones de pesos en el escenario A, y 4,5, 1,5 y 1,1 billones de pesos en el escenario B (Cuadro 2B).
Cuadro 2A. Costo total y aporte por departamento
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Cálculos Fedesarrollo
*Corresponde a Quindío, La Guajira, Caquetá, San Andrés y Providencia, Casanare, Chocó, Arauca, Putumayo, Amazonas, Guaviare, Vichada, Guainía y Vaupés.
Cuadro 2B. Costo total y aporte por sector
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Cálculos Fedesarrollo
Para conocer las potenciales pérdidas de las nuevas restricciones de movilidad sobre el empleo, se utiliza un modelo econométrico de Fedesarrollo que relaciona la pérdida en el crecimiento económico con la tasa de desempleo (Cuadro 3). Los resultados muestran que ante una pérdida de 0,8% del PIB, la tasa de desempleo aumentaría 0,6 pps, consistente con un incremento de 146 mil desempleados, mientras que para un costo de 1,2% del PIB, se contempla un aumento de 0,9 pps en la tasa de desempleo, en línea con un mayor número de desempleados (220 mil).
Cuadro 3. Aumento en la tasa de desempleo y número de desempleados
Haz click sostenido para acercar

Fuente: Cálculos Fedesarrollo
Consideraciones finales
Este Editorial ha presentado un modelo que recoge los efectos de las restricciones de movilidad sobre los sectores en cada uno de los departamentos del país y estima un costo asociado a la reducción en el nivel de operación de la economía. El modelo permite no sólo determinar el costo económico a nivel nacional sino también a nivel departamental, al reconocer el carácter descentralizado de las medidas de confinamiento y los diferentes grados de intensidad con las que han sido aplicadas. Así pues, esta herramienta resulta esencial en el contexto de las normativas relacionadas con la contención del virus del COVID-19, en donde las decisiones de las autoridades nacionales y locales tienen repercusiones en la operación de las actividades productivas de manera diferenciada por sector y región.
El costo económico final aquí estimado dependerá de eventuales restricciones adicionales a las tomadas hasta la fecha, de acuerdo con la evolución de la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), y de la rapidez con que los flujos de actividad productiva retornen a las condiciones previas a la implementación de estas medidas.
En este sentido, continúa siendo fundamental el fortalecimiento del testeo, rastreo y control de los casos con el fin de construir cercos epidemiológicos focalizados, especialmente, en las personas con mayores comorbilidades. Además, la identificación de los principales focos de aglomeraciones en el sector informal es esencial para disminuir el ritmo de contagio del COVID-19. Asimismo, la creación de rutas alternativas para enviar pacientes de ciudades con alta ocupación UCI a aquellas con capacidad disponible puede disminuir la carga en las regiones que se acercan a los límites de su capacidad instalada.
Desde Fedesarrollo consideramos, además, que las decisiones orientadas a controlar y mitigar el contagio del virus deben estar acompañadas de medidas complementarias para apoyar al aparato productivo, especialmente en los sectores más afectados, así como la aceleración de la ejecución de los apoyos para los hogares más vulnerables. Una extensión de las medidas de confinamiento sin el necesario acompañamiento social y productivo podría afectar las perspectivas de crecimiento para 2021 y, consecuentemente, profundizar el impacto de la pandemia sobre el ingreso de los hogares.
Referencias
- Mejía, L. F. (2020). COVID-19: costos económicos en salud y en medidas de contención para Colombia. Fedesarrollo.
- Observatorio para el seguimiento de la atención de la emergencia y reactivación de Bogotá. (2021). Boletín No. 3.
- Decreto 1076 de 2020 (Presidencia de la República).